Volver a casa para defender el pueblo (jalisco)

Foto: Perimetral

Luis Villegas casi cumple 70 años, volvió a casa después de ser migrante en Estados Unidos y se volcó en la defensa de su pueblo Acasico, que podría ser inundado por la cortina de 80 metros de la presa El Zapotillo. Ganó en 2011 un juicio de amparo contra la inundación y la expropiación de su propiedad. Y su lucha sigue

Jade Ramírez / Pie de Página

JALISCO.- Ante lo que parece el fin de un largo conflicto por la construcción de la represa El Zapotillo, es necesario mirar a Acasico en el tiempo. Junto a Palmarejo es la otra comunidad sentenciada a desaparecer. La propuesta técnica que el presidente ofreció debe incluir la garantía de que eso no suceda.

Las primeras jugadas sucias de la Comisión Nacional del Agua fueron en Acasico, a donde llegaron asustando entre 2007 y 2008 con que serían inundados y no quedaba de otra que irse y aceptar la reubicación.

En 2009 se supo que funcionarios de la Conagua hicieron firmar hojas en blanco a las personas de la tercera edad sin dar información clara.

Se violaron todos los protocolos y derechos en el desarrollo de la obra y se usó como argumento que sólo hacía falta convencer a Temacapulín pues “los de Acasico hasta ya habían firmado”, era el argumento.

Bajo el mismo fantasma de la inundación

En la amplia y fresca casa que defiende Luis Villegas, me platica cómo ha sido ser uno de los pocos en pie de lucha en Acasico. Acusa que la Conagua de la mano con México Sustentable A.C. sólo han generado falsas promesas:

“Que iban a pagar los terrenos tres o cuatro tantos más del precio actual, reubicar las casas, pero no hemos visto nada, todos los que aceptaron a fuerzas o voluntariamente no han recibido el dinero que les corresponde”.

Esa agrupación firma convenios al servicio de varias dependencias federales, cuando hay inconformidad o conflicto social en la construcción de megaproyectos.

Luis Villegas casi cumple 70 años. Volvió a casa después de ser migrante en Estados Unidos y se volcó en la defensa de su pueblo. Ganó en 2011 un juicio de amparo contra la inundación y la expropiación de su propiedad.

En su casa tiene un horno de piedra, a veces agasaja a sus invitados con platillos que aprendió mientras trabajó como chef en restaurantes de primera clase. Es conocido como “el pizzero de Acasico” por hornear deliciosas masas.

No cambia la cosecha en verano en la tierra fértil de Acasico al fondo de la cañada donde nació.

“Estamos bien dotados, tenemos suficiente agua, cosechamos frijol, papa, chile, maíz, cacahuate”, explica.

Su preocupación es que “los cultivos que se van a morir con la presa, los que estamos impuestos a vivir de la agricultura nos vamos a quedar sin tierra, sin futuro”.

Resistir ante el presagio en Flamacordis

A 80 metros de altura la cortina de la presa El Zapotillo se inunda Acasico y también a la ranchería Palmarejo.

De ahí, el Instituto Nacional de Antropología e Historia ya extrajo tumbas de tiro que encerró en un almacén del Museo Regional en Guadalajara a 15 kilómetros de Temacapulín bordeando el río Verde y Acasico bajo el agua, quedaría en una especie de isla la capilla de Flamacordis.

Se trata de una capilla de culto católico que según una escritura de 1925 se construyó en la ranchería de Leonardo Pérez.

Se sabe por la inspección que hizo Bienes Nacionales de la Secretaría de Hacienda en 1943, que es una nave entre dos cruceros con un atrio de piedra y adobe.

La capilla es temática pues plasma la vivencia de quien la construyó y es un presagio por el destino que enfrenta ahora por la inundación.

Fue construida entre 1865 a 1875 por León Torres Rodríguez un sacerdote que nació en la ranchería de Flamacordis, pasando el río frente a Acasico.

“En una excursión en barco a Roma, tras una tempestad después de tres semanas sin que supieran para dónde iban, como náufragos hicieron la promesa los de la tripulación de construir una capilla con puras faenas si eran salvados y devueltos con vida a sus tierras.”, cuenta Luis Villegas.

Ni un Centro de Población digno

Se han invertido 22.8 millones de pesos para la construcción de un nuevo Centro de Población a donde reubicarán todo Acasico. Pero ese dinero destinado por la Conagua pocos resultados representa.

En 2017, la oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos en México constató la violación a los derechos humanos por el desplazamiento forzado.

En 2020, ya en pandemia, Luis Villegas contó a Perimetral que llegaron funcionarios de la Conagua a resolver una demanda promovida por la presidencia municipal de Mexticán. Sin embargo, ahora se volvió a abandonar.

“Ya no han hecho nada, no han trabajado nada, las casas se están destruyendo solas, están cuarteadas, a medias. El piso salió falso, hay grietas en las paredes, los tinacos no tienen agua, cuando hay vientos los vuela el aire”, precisa.

Los trabajadores y albañiles reclaman que la empresa contratada vía licitación abierta, ha incumplido en los pagos.

Presa Zapotillo bordea la ilegalidad

Con independencia de la salida ofrecida por López Obrador la obra está plagada de irregularidades.

La construcción ha corrido a cargo de dependencias federales, la empresa multinacional española FCC y ha rebasado los límites de ilegalidad. La principal omisión del gobierno de Jalisco y la federación ha sido ignorar el descontento en años de resistencia civil pacífica contra la presa.

Planear y destinar dinero sin tomar en cuenta documentos legales como el Acta de Cabildo de la sesión ordinaria del Ayuntamiento de Cañadas de Obregón del 25 de septiembre de 2009.

El punto número ocho fue votar la solicitud del cambio de uso de suelo para construir una cortina a 105 metros. Eso solo le corresponde al municipio autorizarlo y la negó.

Los regidores, al conocer que desaparecería Temacapulín, la delegación más importante de Cañadas de Obregón, rechazaron por unanimidad el cambio de uso de suelo.

Pero eso no impidió que el proyecto ejecutivo sí fuera de 105 metros y año con año se le destinen hasta 500 millones de pesos omitiendo la autonomía de Cañadas de Obregón.

Si los pueblos admiten la propuesta final que hizo el presidente López Obrador en Temacapulín, además de admitir un modelo de gestión del agua que categóricamente rechazado, se debe garantizar que Acasico quede protegido, intacto y reparado en los daños causados durante 14 años.

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