Dueños de la tierra, pero no del agua (Jalisco)

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Sonia Serrano Íñiguez / El Diario NTR

“Ellos no tenían agua, pero les autorizaron los pozos. Ahora los que no tenemos agua somos nosotros”, asegura Trinidad Novoa. Su comunidad, El Platanal, en Tala, Jalisco, se abastecía de un venero que les permitía incluso almacenar agua para todo el año. Hace una década esto comenzó a cambiar con la perforación de pozos cerro arriba.

Cuando dice “ellos” se refiere a los productores de arándanos. A la comunidad se le ha negado la posibilidad de buscar agua en el subsuelo, con el argumento de que están en una zona donde ya no es posible otorgar nuevas concesiones, pero las productoras de frutos rojos –entre los que destaca la empresa Fruticultura FM y Berries Paradise– sí tienen pozos.

El campo de Jalisco se ha cubierto de blanco. Desde carreteras o montañas se ven las manchas que forman los invernaderos que cubren las plantas de arándanos, fresas y otros frutos, y que cuentan con sistemas sofisticados de riego debido al cuidado que requieren. Su producción es un mejor negocio que otros cultivos, pero la inversión que se necesita –más de un millón y medio de pesos por hectárea– deja fuera a los campesinos. A lo más que aspiran es a rentar sus tierras a las empresas que los producen o incluso a trabajar para ellas.

Antes de la expansión de las berries, los campesinos de Jalisco ya rentaban sus tierras a grandes compañías agrícolas que resaltan por tener un gran número de concesiones de agua. Una de esas empresas es ITLC Agrícola Central que, de acuerdo con datos disponibles en el Registro Público de Derechos de Agua (Repda), tiene 24 títulos de concesión en Jalisco y seis en Michoacán. Tan solo la suma de los volúmenes anuales de agua que tiene en Jalisco alcanza los 10 millones 930 mil metros cúbicos, una cantidad similar a la que puede almacenar el lago Nabor Carrillo, de Texcoco.

“El sistema de concesiones es un instrumento tan perverso que permite la captura corporativa y el control del agua en México”, resalta María González Valencia, investigadora del Instituto Mexicano para el Desarrollo Comunitario (Imdec) y coordinadora del trabajo Los Acaparadores del Agua en Jalisco, que presentó esta organización en marzo de 2019.

TIEMPOS DE ZARZAMORA

Los proyectos para la siembra de frutos rojos en Jalisco comenzaron a desarrollarse durante la administración del panista Emilio González Márquez (2007-2013) al entregarse apoyos para favorecer este cultivo, que registra su auge justo al final del sexenio, a partir de 2012, y especialmente durante el siguiente gobierno que encabezó el priista Jorge Aristóteles Sandoval Díaz.

Según datos del Servicio de Información Agroalimentaria Pesquera (SIAP), de ese año a 2017 el número de hectáreas sembradas con fresa, arándano, frambuesa y zarzamora se triplicó, al pasar de 2 mil 182 a 6 mil 646.

En Jalisco, los municipios que tiene una mayor cantidad de hectáreas con estos cultivos son Zapotlán el Grande, Jocotepec, Gómez Farías, Zacoalco de Torres, Tuxpan y Zapotiltic. La producción anual ya rebasa las 100 mil toneladas.

Además de Jalisco, su producción se ha intensificado en Michoacán, Baja California y Guanajuato. Según datos de la Asociación Nacional de Exportadores de Berries (Aneberries), 25 por ciento de las hectáreas de este cultivo están en Jalisco, aunque de esta entidad sale 60 por ciento de la exportación. Los países a los que van las cosechas jaliscienses son Estados Unidos, Canadá, Holanda y, en menor medida, Japón, Singapur y Emiratos Árabes Unidos.

Según productores de frutos rojos, la inversión anual por hectárea es de alrededor de 1.7 millones de pesos, lo que incluye el sistema especial de riego, el sustrato que se aplica y la instalación de un macrotúnel que protege la siembra. Por hectárea hay alrededor de 8 mil plantas.

Humberto Vázquez asegura que para él, que siembra caña, es imposible pensar en berries, pues no tendría dinero para invertir. Incluso, asegura que sólo hay una persona que de cultivos básicos pasó a los frutos rojos, pero invirtió todo lo que tenía. El resto son empresas cuyos propietarios no estaban relacionados con el campo.

Este es el caso de la productora Fruticultura FM, empresa que se creó en 2016 de acuerdo con los datos del Registro Público de la Propiedad. Uno de sus accionistas, y administrador único, es Arturo Facundo Ramírez, médico cirujano que también fue presidente municipal de Cocula entre 2007 y 2009.

“Al ser un cultivo muy rentable y al ser impulsado por gente con más capacidad económica y política, se están sobreponiendo a quienes cultivan maíz o frijol”, resalta Juan Guillermo Márquez, coordinador del Observatorio Ciudadano para la Gestión Integral del Agua en Jalisco.

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