Ostula: el pueblo nahua que expulsó al narco (Michoacán)

Ostula cumple diez años de haber expulsado al crimen organizado de su territorio. Ubicado en las costas de Michoacán, de cara al Pacífico, este pueblo celebra en esta ocasión diez años de haber impedido la invasión y el despojo.

Plumas atómicas Editor/ 19 de julio de 2019

Foto: Plumas atómicas

A diferencia de los grupos de autodefensas que en 2013 fueron armados por el Ejército Mexicano para cazar a los “Caballeros Templarios”, en la costa de Michoacán, la comunidad nahua de Ostula eligió a los integrantes de su policía comunitaria en 2009, a quienes les encargó resguardar la seguridad dentro de su territorio.

El 29 de junio de 2009, los agricultores, pescadores y hasta profesores de primaria integrantes de la policía comunitaria de Ostula, recuperaron a balazos 700 hectáreas de costa que forman parte de su territorio comunal y que estaban invadidas por templarios.

La playa dejó de ser usada como puerto de entrada de precursores de metanfetamina para convertirse en el poblado de San Diego Xayakalan, en honor a Diego Ramírez, líder nahua asesinado sádicamente en esa misma arena.

Playa de Ostula, resguardada por la policía comunitaria. Fotografía: Landybel Pérez / Plumas Atómicas

Germán Ramírez es hijo de Diego Ramírez. Antes de ser policía comunitario, era profesor de primaria en Aquila, municipio costero de Michoacán. Este joven corpulento fue elegido por la asamblea de Ostula como comandante general de la policía comunitaria desde 2018. Su rutina diaria, dice, consiste en desayunar, patrullar, comer, patrullar, cenar y patrullar hasta que amanece otra vez, lo que justifica sus ojeras.

“Nosotros no traemos las armas de en balde. Nosotros las armas no las agarramos nomás por nomás. Las armas nosotros las agarramos porque ya nos mataban a nuestras familias, mataban a otras familias, agarraban a quien sea, lo mataban y ya hubo un hartazgo, una impotencia muy grande. No quedó otra más que agarrar las armas”.

Miembros de la policía comunitaria de Ostula Fotografía: Landybel Pérez / Plumas Atómicas.

Este 29 de junio, las 24 encargaturas que integran la comunidad de Ostula asistieron a Xayakalan a celebrar la primera década de la recuperación de la playa y la conformación de la policía comunitaria. Hubo música, poesía, teatro, discursos y baile todo el día. Sin embargo, la libertad que se siente esta comunidad está en acecho. Desde 2008, 35 comuneros de Ostula han sido desaparecidos o asesinados presumiblemente por integrantes de grupos de violencia organizada.

“En este tiempo perdimos mucha gente, desaparecidos y muertos. El que defendía es el que no amanecía”, explica la encargada de la seguridad de Xayakalan este año, Martina Ríos.

“Ellos quieren posicionarse de lo que nosotros tenemos aquí adentro, como antes lo hicieron. Si acaban con la organización, ellos entran y ahora sí se apoderan de todo”, dice Baltazar Mercado, también encargado de la seguridad de Xayakalan, en referencia a las mineras a las que el Gobierno de México les otorgó concesiones mineras dentro del terreno comunal de Ostula.

Niñas de Ostula, a la espera del inicio de los festejos del 10 aniversario de la liberación de Ostula. Fotografía: Landybel Pérez / Plumas Atómicas.

Al día de hoy, la comunidad nahua de Ostula posee títulos de propiedad sobre 19 mil hectáreas de costa y montaña en el municipio de Aquila, Michoacán. Sin embargo, el Gobierno de México no respetó su territorio y otorgó concesiones mineras en casi la mitad del área: 8 mil 700 hectáreas.

Tatuaje con leyenda “Michoacán”, de miembro de policía comunitaria. Fotografía: Landybel Pérez / Plumas Atómicas.

La fiesta en Xayakalan no oculta la violencia que vive la comunidad sino que refuerza los lazos para enfrentarla.

Sin duda, este pueblo es un ejemplo de cómo el miedo se combate con organización.

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