Tlaxcala resiste contra el gasoducto Morelos

Foto: Marlene Martínez

Aranzazú Ayala Martínez / Lado B

Tan solo una semana antes de la consulta sobre el Proyecto Integral Morelos (PIM) se convocó a una junta informativa en San Damián Texolo, uno de los municipios afectados de Tlaxcala, pero “no llegó nadie de la CFE, ni de la Secretaría de Gobernación, nada más llegó un carro de perifoneo de Morena a repartir los volantes que se repartieron en los tres estados. Eso fue todo. Y eso lo hicieron en los municipios que estábamos en resistencia, pero en los demás no hubo nada. Sí instalaron sus lonitas, pero en lugares no tan visibles”.

La que se queja es Araceli, quien forma parte del Frente de Pueblos que resiste contra el PIM en Tlaxcala. Y se queja también porque dice que, en su discurso, el gobierno federal no mencionó el larguísimo gasoducto que está enterrado en zona de alto riesgo volcánico y pasa a menos de 15 metros de casas habitadas en ese estado.

Por eso cuando en Tlaxcala la consulta ganó con 84 por ciento de los votos no le sorprendió, para ella y para el Frente la gente votó sin la información real y completa sobre el riesgo. Una crítica que también se escuchó en los otros estados consultados, pues sólo se preguntaba por la hidroeléctrica ubicada en Huexca, Morelos.

De los tres estados que abarca el Proyecto Integral Morelos (PIM), Puebla, Morelos y Tlaxcala, este último es del que menos se habla y donde pareciera que no hay oposición al megaproyecto que atraviesa 9 municipios con un gasoducto.

De los 60 municipios consultados en las tres entidades, los tlaxcaltecas representaron apenas 15 por ciento del total, y ahí el “Sí” ganó con 4304 a favor y apenas 660 votos en contra.

Mientras que en Puebla el “Sí” ganó con el 54 por ciento y en Morelos el 57 por ciento. En total hubo 33 mil 184 votos a favor, 22 mil 355 en contra y 186 votos nulos dando una cifra global de 55 mil 715 votos.

El gasoducto en la cuna del taco de canasta

San Vicente Xiloxochitla no sería tan famoso si no fuera porque es la cuna del taco de canasta. Diario se preparan cientos de tacos sudados de chicharrón, papa y frijol que viajan a Puebla y a la Ciudad de México y también a otros pueblos dentro de Tlaxcala.

Pero hay otra cosa que distingue a San Vicente, una comunidad del municipio de Nativitas, apenas a 25 kilómetros de Puebla capital: es el lugar que más ha resistido contra la imposición del gasoducto Morelos.

San Vicente es el epicentro en Tlaxcala de la resistencia del Frente de Pueblos que se articuló en rechazo al PIM.

Don David, integrante del Frente de Pueblos en Tlaxcala y residente de Panotla dice que muchos de los que votaron fueron acarreados, llevados por algunas autoridades y que eran personas que ni siquiera vivían en alguno de los municipios afectados.

Esto lo confirma Araceli y otros cinco vecinos que se reúnen para hacer un recorrido por el trazo del ducto.

Otra de las irregularidades que documentaron en San Damián Texoloc, fue que las personas de la tercera edad que votaban eran “ayudados” para marcar el “Sí” en las boletas.

Los habitantes denunciaron que las casillas de la consulta no se colocaron en los lugares directamente afectados, sino en las cabeceras municipales o en pueblos que están a 8 o 10 kilómetros del ducto, que no tienen afectaciones directas. Así, la decisión sin información previa, sin difusión y sin mencionar la problemática de Tlaxcala, fue tomada por personas que no viven las afectaciones del gasoducto.

Un gasoducto que atraviesa comunidades

La Trinidad Tenexyecatl es el pueblo de las cazuelas. Ahí se hacen las gigantescas cazuelas de barro para los moles; en una buena parte de las casas hay hornos y el gas está prendido. Justo ahí en la cabecera el ducto está a 25 metros de una casa a pocas calles del centro del pueblo.

Don David se pregunta si no es peligroso el gas natural cerca de un lugar donde todas las casas tienen un horno para cocer barro: “¿Y si hay una fuga?”.

Pero la parte más cercana al ducto está en Santiago Xochimilco, una comunidad alejada de la cabecera. En la cima del pueblo, en medio de las montañas, está la iglesia y al final de la cerrada hay una casa: ahí los letreros del ducto no se alejan ni 6 metros de la puerta de entrada.

La resistencia contra el gigantesco proyecto que cruza tres estados inició hace siete años, concentrándose principalmente en Morelos, donde está la termoeléctrica de Huexca a la que alimentaría el gasoducto; y en Puebla, donde hubo tres presos políticos, órdenes de aprehensión y numerosos enfrentamientos. Pero aunque en Tlaxcala pareciera que no ha habido movilizaciones, un grupo de ciudadanos de varios municipios y comunidades lleva años articulados tratando de parar el proyecto.

Don David, habitante de Panotla y uno de los integrantes del capítulo tlaxcalteca del Frente de Pueblos, dice que si no pueden detener el gasoducto que al menos quieren que se cumplan los estándares mínimos de seguridad, y que se integre a las comunidades a un diálogo.

En Tlaxcala la zona afectada es cercana a San Martín Texmelucan y relativamente cerca de la autopista Puebla-México y el complejo de lujo Val’quírico.

Ofelia, otra de las integrantes de la resistencia, dice que uno de los principales problemas es la contaminación y la preocupación por el agua. En Tlaxcala el gasoducto está enterrado en el cauce de un río, a menos de 70 metros del centro de salud de la comunidad de San Vicente.

El Frente ha documentado además el mal estado de los ductos. Fotos tomadas hace cuatro y cinco años muestran los tubos parchados en varios lugares, con material roto y de mala calidad que es el que ya está enterrado a lo largo de esos nueve municipios.

Araceli, David y Ofelia siguen resistiendo junto con otros habitantes, pero reconocen que hay mucha apatía en general en la entidad por el tema del PIM, mientras que en Puebla y Morelos la resistencia ha sido muy visible y difundida en medios de comunicación.

Foto: Marlene Martínez

El proceso legal

El 18 de febrero, dos días antes del asesinato de Samir Flores, las comunidades de Huexca, Jantetelco, Amayuca y Amilcingo de Morelos; Santa María Zacatepec de Puebla y San Damián Texoloc, San Jorge Tezoquipan y San Vicente Xiloxochitla de Tlaxcala promovieron varios amparos argumentando la violación de su derecho a la consulta indígena y libre determinación por la consulta popular del gobierno federal. Éstos fueron desechados y las comunidades afectadas interpusieron dos quejas por el hecho ante tribunales federales.

El lunes 13 de mayo el Primer y Segundo Tribunal Colegiado en Materia Administrativa resolvieron que los amparos no debieron haber sido desechados, y reconoce una posible violación a los derechos de los pueblos originarios que establece el Convenio 169 de la OIT. A raíz de esto, los jueces Primero y Cuarto de Distrito, que rechazaron inicialmente los amparos, tienen la obligación de continuar con éstos, por lo que la lucha legal está lejos de acabarse.

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