Periodistas piden cesen asesinatos

Nallely Urbina O./El Siglo de Durango

Santiago Barroso Alfaro fue asesinado en Sonora luego de que en su programa de radio denunció una red de polleros; lo mataron en su casa a balazos.

Este crimen, el cuarto en lo que va del año en contra de comunicadores mexicanos, inspiró una protesta en Durango la mañana de este miércoles en la Plaza de Armas.

“Vivos los queremos”, fue la consigna que duranguenses lanzaron luego de recordar a los periodistas asesinados recientemente. De acuerdo con la Comisión Nacional de Derechos Humanos de México (CNDH), se contabilizan 144 desde el año 2000.

Los reporteros exigieron que pare la impunidad ya, que tan sólo en lo que va de la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador, suma cuatro comunicadores asesinados.

“Una escalada de violencia que cuestiona una vez más al Estado Mexicano respecto a su obligación de otorgar garantías para el libre ejercicio de la libertad de expresión”, señaló Liliana Ortíz presidenta de la Asociación Mexicana de Mujeres Periodistas y Escritoras (AMMPE), en Durango.

El 1 de diciembre cuando el Presidente tomó protesta encontraron muerto a Alejandro Marquéz, director de Orión Informativo; su cadáver fue abandonado en una brecha a un costado de la carretera Tepic-Pantanal, en Nayarit.

Otro asesinado fue Rafael Murúa, en Baja California Sur, el 20 de enero. La lista continúa con Samir Flores Morelos, ejecutado a balazos el 28 de febrero; luego Santiago, hace cinco días. Así va la lista de víctimas que los periodistas esperan cese ya.

A los reporteros los matan porque incomoda su trabajo, fue el caso de Miroslava Breach en marzo de 2017, una mujer que se enfrentaba un panorama de riesgo en un ambiente que aún está plagado de machismo, opinó el Colegio de Licenciados en Ciencias de la Comunicación (Colecc).

Emmanuel Salazar, presidente de la organización de Periodistas y Profesionales de la Comunicación (Peproc), destacó que Durango tiene una Ley de Protección a Periodistas con vacíos que los comunicadores han propuesto llenar; no obstante, han incurrido en fallas por términos legales, “no somos licenciados en Derecho, somos comunicadores”.

Aunque en la opinión de varios reporteros no debería exisistir una ley especial, sino que el Estado estaría obligado a garantizar la seguridad para que todos se puedan expresar sin consecuencias sin importar su oficio.

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