Cucapás, último escollo de Sempra y gobierno para imponer patio de energía solar en BC

4 Vientos.

Javier Cruz Aguirre,

Sempra Energy lo hace de nuevo. En menos de un año, la transnacional californiana recibió del gobierno federal mexicano el Título de Permiso para la generación de energía eléctrica a través de una central fotovoltaica que se asentará en Laguna Salada, Mexicali, así como el Permiso de Impacto Ambiental (MIA) para cristalizar el plan solar con una inversión de 45 millones de dólares.

Ensenada, B.C., 25 de marzo del 2018.- Se trata del séptimo proyecto energético que Sempra y sus subsidiarias en México liga en Baja California. Esto para satisfacer mayoritariamente la demanda de electricidad y gas natural en el suroeste de los Estados Unidos. ¿El nombre del nuevo contrato que gana el consorcio mundial?: “Rumorosa Solar”.

El último capítulo que se conoce de esta nueva historia del poder que la transnacional acumula en México desde la presidencia que encabezó Ernesto Zedillo Ponce de León, tiene fecha de 15 de marzo del 2018.

Ese día, Alfonso Flores Ramírez, director general de Impacto y Riesgo Ambiental (Dgira) en la Secretaría del Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), firmó el permiso condicionado en materia ambiental por 30 años para que la empresa Energía Sierra Juárez Holding, S. de R.L. de C.V., subsidiaria de Infraestructura Energética Nova (IEnova) -a su vez filial de Sempra Energy-, construya el parque solar.

La obra, que además cuenta con el aval técnico y político del gobierno de Baja California que encabeza Francisco Vega de Lamadrid, forma parte del megaproyecto de Sempra ideó para generar energía mediante alternativas de viento y sol en la zona del valle de Mexicali y la Sierra de Juárez, en donde el gobierno de Felipe Calderón Hinojosa le concesionó 294 mil 273 hectáreas para uso exclusivo.

Consiste en lo siguiente: Construcción, operación y mantenimiento de un parque fotovoltaico para la generación de energía eléctrica que contará con una potencia de 53.77 megawatts (MW) –casi 14 megawatts más de lo que originalmente programó para la planta-, y estará conformado por 15 mil 660 paneles fotovoltaicos.

Asimismo, contempla una subestación eléctrica elevadora, una línea de transmisión de 69 kilovoltios, con 2.77 kilómetros de longitud y un derecho de vía de 30 metros, para conectarse a la subestación electrónica denominada “Rumorosa 1”, actualmente en operación, y un camino principal de acceso.

La superficie total del predio seleccionado es de 360.9 hectáreas, de las cuales 144.1 corresponden a la superficie para el desarrollo de las obras consideradas para el proyecto.

El predio se ubica en el kilómetro 42 de la carretera federal Mexicali-Tijuana (ejido Benito Juárez), en la zona de Laguna Salada y a 60 kilómetros al este del Parque Eólico Energía Sierra Juárez que la transnacional opera en La Rumorosa desde junio del 2015.

Todo para el consumidor… extranjero

Energía Sierra Juárez, S. de R. L. de C. V., otra subsidiaria de IEnova, explota el parque eólico como “empresa de riesgo compartido en partes iguales” con InterGen, al igual sucursal de Sempra Energy en los Estados Unidos.

Para ello usa el embozo de la empresa “Controladora Sierra Juárez”, otra filial de Infraestructura Energética Nova que preside y dirige Carlos Ruiz Sacristán, miembro del gabinete económico en las presidencias de Carlos Salinas de Gortari (secretario de Hacienda y Crédito Público) y Ernesto Zedillo (secretario de de Comunicaciones y Transportes, así como director general de Petróleos Mexicanos),y que en el gobierno de Enrique Peña Nieto obtuvo hasta diciembre de 2017 contratos para Sempra Energy por dos mil 461 millones de dólares (45 mil 525 millones de pesos), según la investigación de Mathieu Tourliere para el Semanario Proceso que se publicó este domingo 25 de marzo.

El parque eólico, que tuvo una inversión de 320 millones de dólares, produce 155 MW y se interconecta con el sistema de Transmisión Suroeste (Southwest Powerlink), en la subestación East County del condado de San Diego que opera la compañía Gas and Electric (SDG&E), una subsidiaria más de Sempra Energy que, en California, Estados Unidos, brinda servicio eléctrico a 3.6 millones de personas.

Se trata del primer proyecto de energía eólica transfronterizo entre México y los Estados Unidos.

El consorcio financiero BnAmericas afirma en su portal en internet que actualmente 65 mil hogares del sur de California, que representan 270 mil habitantes, se benefician de la operación del parque eólico en La Rumorosa, proyecto que en su etapa de construcción fue objeto de diversas demandas ambientales en tribunales de San Diego y Los Ángeles por los presuntos impactos negativos que representa para la flora y fauna transfronteriza.

Igual a como sucedió con el proyecto eólico, el objetivo primario de la propuesta solar de Sempra es abastecer al mercado californiano utilizando la infraestructura de San Diego Gas & Electric Company, pero tanto la Comisión Federal de Electricidad (CFE) como la transnacional esperan acordar la compra-venta de energía solar para surtir las necesidades del mercado local.

Cosa de prioridades

Sempra Energy obtuvo el permiso ambiental del gobierno mexicano para su parque solar en un tiempo récord si se toma en cuenta que otro grupo energético –Energía Real del Castillo, coinversón chilena en México por 60 millones de dólares para generar 43 MW con 188 mil 100 paneles solares que se instalarían en 100 hectáreas de una parcela del ejido Real del Castillo en el valle de Ojos Negros, Ensenada-, inició en agosto del 2017 los tramites ambientales en la Semarnat y aún no los concluye.

El 1 de diciembre del año pasado ingresó el manifiesto de impacto ambiental y en tres meses y medio consiguió la firma de Alfonso Flores Ramírez, la factibilidad de obra del proyecto de la Administración Urbana del Ayuntamiento de Mexicali que preside el panista Gustavo Sánchez Vásquez, y el permiso de cambio de uso de suelo de la Secretaría de Infraestructura y Desarrollo Social (Sidue) del gobierno estatal que tutela el también panista Francisco Vega.

Hay otros ejemplos que demuestran cómo el gobierno que preside Enrique Peña Nieto no tarda demasiado en acceder a los deseos de la transnacional.

El 28 de septiembre del 2016, IEnova informó que obtuvo la adjudicación de dos proyectos solares de la convocatoria emitida por el Centro Nacional de Control de Energía (CENACE) en la segunda Subasta de Largo Plazo para la contratación de Potencia, Energía Eléctrica Acumulable y Certificados de Energías Limpias (CELs).

Se trataba de los proyectos Rumorosa Solar (en el ejido Benito Juárez, Laguna Salada) y Tepezalá II Solar, en donde Sempra participa en consorcio con Trina Solar, empresa china líder mundial del sector de energía solar que aportará el 10 por ciento de la inversión de 105 millones de dólares para producir 100 MW (59 más que el parque Baja California) en Aguascalientes.

Seis meses después -31 de marzo del 2017-, la Comisión Reguladora de Energía (CRE) otorgó a Energía Sierra Juárez Holding, S. de R. L. de C. V., que integran las compañías Intergen y Energía Sierra Juárez, ambas subsidiarias de Sempra, el permiso para la generación 41 megawatts (53 MWDC) de energía eléctrica a través de una central fotovoltaica que deberá iniciar obras para su instalación en septiembre del 2018, a fin de que pueda comenzar operación comercial en junio de 2019.

20 días después, el gobierno federal mexicano avaló un contrato que IEnova firmó con San Diego Gas & Electric Company para abastecer de energía eléctrica, por 20 años, a una hasta hoy desconocida central de generación eólica que se ubicará en Tecate, Baja California, con una inversión de 150 millones de pesos y una capacidad de 108 megawatts que producirá con el abasto que le haga el holding (tenedora de acciones para beneficiar con incentivos fiscales a los accionistas y acceder de un modo más fácil a mercados financieros mundiales) Energía Sierra Juárez.

¡Quítate que llevo prisa!

En este maremágnum de acontecimiento hay un antecedente significativo.

El primer día de noviembre, también de 2017, el director de la Comisión Estatal de Energía, el panista Francisco Javier Orduño Valdez, dijo al periodista Alejandro García, de la plataforma digital Portal.mx, que en diciembre pasado Sempra comenzaría las obras de movimiento de tierra en el área contigua de la Laguna Salada, aparentemente sin esperar las autorizaciones finales del gobierno federal y de Baja California.

Este proceder de la transnacional obedece a un patrón de conducta que puntualmente aplica a lo largo de su historia de vida en Baja California, que arranca a finales de la década 90 del siglo pasado cuando inició la imposición de su proyecto de gas natural licuado en el paraje Costa Azul, Ensenada.

El proyecto Rumorosa Solar no es la excepción.

En el permiso ambiental condicionado que la Semarnat otorgó a las subsidiarias de Sempra el pasado 15 de marzo, la DGIRA destacó que el holding que la representa en el proyecto incumplió los artículos 119 y 120 de la Ley de la Industria Eléctrica (LIE) y su reglamento, así como con el Convenio 169 “Sobre Pueblos Indígenas y Tribales en Países Independientes”, establecido por la Organización Internacional del Trabajo (OIT), y las Recomendaciones 37/2012 y 56/2012 emitidas por la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH).

En esencia, estas normas describen los derechos que los pueblos indígenas nativos tienen por encima de los proyectos que puedan afectar sus tierras o territorios, así como sus actividades tradicionales, por lo que forzosamente tienen que ser consultados por quienes promuevan esos planes.

Pero Sempra no hizo la consulta indígena y el gobierno federal tampoco la promovió. Por ello, el pueblo yumano Cucapá, ignorado hasta hoy por la transnacional y los gobiernos de Peña Nieto, Francisco Vega y Gustavo Sánchez Vásquez, tendrá una vez más un papel preponderante para que los planes energéticos en Laguna Salada materialicen.

De momento, la Dgira determinó que corresponde a las Secretaría de Energía (SENER) y de Gobernación (SEGOB), y no la transnacional y sus dependientes mexicanos, organizar y enfrentar la Consulta Indígena a los Cucapá.

Pero estableció: “La promovente no podrá llevar a cabo ninguna de las obras y/o actividades relacionadas con el proyecto en tanto no presente a esta DGIRA, copia del documento que a derecho determiné la SENER, con el cual acredite el cumplimiento al artículo 119 y, en su caso, el cumplimiento al artículo 120, último párrafo, de la LIE.”

La pregunta ahora por contestar es, si tal y como lo informó Francisco Javier Orduño, el holding Energía Sierra Juárez inició el “movimiento de tierra” en el área contigua de la Laguna Salada, ¿el gobierno federal sancionará a la transnacional por no apegarse a las leyes mexicanas?

La historia de Sempra Energy en Baja California contundentemente dice que no.

No hay séptimo malo

El proyecto Rumorosa Solar es el séptimo que la transnacional opera en Baja California, donde aplica más de dos mil 200 de los 7 mil 100 millones de dólares que Ienova dice tener como inversión directa en México desde 1995 y que Sempra promete ampliar a más de ocho mil 500 millones en los próximos tres años como parte de un plan continental que llegará a casi 20 mil millones de dólares.

En casi todos los planes que el consorcio energético tiene en la entidad norteña, académicos, organizaciones ambientales, investigadores, activistas sociales e indígenas, profesionales de la arquitectura y la ingeniería civil, así como ejidatarios y ciudadanos interesados han hecho acusaciones de corrupción, ilegalidad e imposición en los antecedentes, autorización, ejecución y comercialización de los proyectos.

Es en Ensenada donde hoy se manifiesta el último rechazo generalizado a la estrategia energética de la transnacional y se vincula con el proyecto de introducir gas a la metrópoli costera mediante la construcción de un gasoducto que cruzaría por las principales zonas residenciales y arterias viales de la ciudad.

En lo que busca ser el octavo plan estratégico de Sempra en el estado, el nuevo gasoducto quiere ser el ancla para un plan transpeninsular que intenta dotar de gas natural a las principales ciudades de Baja California Sur. Para ello Sempra invitó a consorcios gaseros multinacionales a unirse a su táctica.

Pero el Instituto Municipal de Investigación y Planeación (IMIP) local determinó que ese gasoducto es “incompatible” e “incongruente” con lo que determina el Programa municipal de Desarrollo Urbano, por lo que el ayuntamiento “no puede otorgar licencia de construcción y, de hacerlo, sería nulo de pleno derecho”, a decir del oceanólogo y activista social Gabriel Camacho Jiménez, miembro de la organización civil Ensenada Ciudadana y Ciudadano Distinguido en materia ambiental.

Pero mientras los habitantes de Ensenada deciden su mantienen o no su oposición a ese proyecto, esta es una lista inicial de los seis planes Sempra que ya opera en Baja California:

1.- Energía Costa Azul: Opera una planta regasificadora de gas natural licuado (actualmente en transformación a licuefacción) en las inmediaciones de la ciudad de Ensenada (paraje Costa Azul del predio La Jovita), con capacidad de procesar diariamente hasta mil millones de pies cúbicos de gas natural.

2.- Energía Sierra Juárez: Construyó un parque de energía eólica en poco más de 294 mil hectáreas en cuatro áreas diferentes (Jacumé, La Rumorosa, Cordillera Molina y Sierra de Juárez, concesionadas a la trasnacional por espacio de 20 años), en donde podrá producir, con mil aerogeneradores, hasta mil 200 megavatios de energía eléctrica. Se trata del primero de dos parques eólicos que Sempra opera en México. En septiembre de 2016 compró en 852 millones de dólares la instalación eólica más grande del país: el parque Ventika (General Bravo, Nuevo León), que con 84 aerogeneradores genera 252 megawatts -el 11% de la capacidad total instalada de esta tecnología a nivel nacional- para Cementos de México (CEMEX) como principal cliente.

3.- Termoeléctrica de Mexicali: Maneja una central termoeléctrica de ciclo combinado en la Colonia Progreso, de Mexicali, capaz de producir 600 megavatios de electricidad con dos turbinas que funcionan con gas natural que la misma trasnacional abastece.

4.- Ecogas Mexicali: Ganó la primera licencia otorgada en la historia a una empresa privada para construir un sistema de distribución de gas natural en México. El sistema comenzó en 1997 y brinda servicio a más de 35 mil usuarios residenciales y comerciales. La empresa provee gas natural a más de 100 clientes en los sectores bajacalifornianos de la industria del vidrio, acero, papel, automotriz y electrónicos, y cuenta con una red de distribución de más de 450 kilómetros en gasoductos de gas natural.

5.- Transportadora de Gas Natural de Baja California (TGN): Es propietaria y opera 47 kilómetros del ducto de transporte de gas natural de 30 pulgadas de diámetro. Puede transportar hasta 800 millones de pies cúbicos de gas por día e inicia en la interconexión con el sistema de Gasoducto Bajanorte en el área de Tijuana. Puede exportar o importar el gas hacia la interconexión con el sistema de San Diego Gas & Electric (la subsidiaria de Sempra Energy en California), en la frontera internacional en Otay Mesa, California, o hacia la Central Termoeléctrica Presidente Juárez de la Comisión Federal de Electricidad (CFE) en Playas de Rosarito.

Sempra Energy, a través de la subsidiaria Sempra LNG, ganó en 2005 un contrato para suministrar a la CFE cerca de 130 millones de pies cúbicos de gas natural por día, en un periodo de 15 años que comenzó en 2008 y termina en 2022, y un valor de hasta 1.4 mil millones de dólares, para satisfacer la demanda futura de energía de la paraestatal mexicana en el norte de Baja California, incluyendo su planta en Rosarito.

6.- Gasoducto Bajanorte: Este sistema de transmisión de gas natural, de 30 y 42 pulgadas de diámetro, está compuesto por dos gasoductos que en total miden 300 kilómetros de longitud, así como una estación de compresión de 30 mil caballos de fuerza en Los Algodones. La empresa surte de gas natural licuado a la planta de Sempra en Mexicali, así como a otra central termoeléctrica que en el mismo valle agrícola opera la compañía extranjera Intergen, la cual tiene hasta mil megavatios de capacidad de producción.

La línea principal, de 30 pulgadas de diámetro, tiene una capacidad para transportar 500 millones de pies cúbicos diarios de gas y comienza en una interconexión con la empresa El Paso Natural Gas Co., cerca de Ehrenberg, Arizona; cruza la frontera hacia México en la cercanía del poblado Los Algodones, Mexicali, y termina en una interconexión con TGN, al sur de Tijuana.

La línea denominada “LNG Spur” es de 42 pulgadas y tiene capacidad para transportar dos mil 900 millones de pies cúbicos diarios de gas. Inicia en la Terminal de Gas Natural Licuado (LNG) de Energía Costa Azul al norte de la ciudad de Ensenada y termina en la interconexión con la línea principal de 32 pulgadas en la zona de El Carrizo, ubicada al sur de Tecate, Baja California.

Tal es el rostro del emporio monopólico que Sempra Energy construye en Baja California, forjado al amparo de los gobiernos panistas y priistas en México.

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