Pueblos de la Chinantla avanzan organización contra megaproyectos (Oaxaca)

Avispa Midia.

Renata Bessi,

Mujeres, hombres y niños de la comunidad de San Vicente Arroyo Jabalí, municipio de Jocotepec, en la región de la Chinantla, Norte de Oaxaca, desde las tempranas horas de la mañana del sábado, 20 de mayo, se dirigían de diferentes partes del pueblo hacia el área central de la comunidad llevando sus servilletas llenas de tortillas, tostadas y totopos, que acompañaría el guisado preparado colectivamente en la noche anterior para los visitantes. Era la solidaridad del pueblo hacia a las personas que llegaban a esta localidad de diferentes partes del estado de Oaxaca para el encuentro de las comunidades que se hermanan en contra a los proyectos económicos, que pretenden mercantilizar a la naturaleza del territorio chinanteco.

El encuentro hace parte del proceso organizativo que se lleva a cabo en la Chinantla contra el conjunto de megaproyecto que se pretende implementar en la región. Se creó un espacio donde las comunidades pueden platicar sobre las problemáticas vividas con los megaproyectos, además de organizar estrategias de lucha en conjunto. El encuentro fue acordado durante el Foro Contra el Despojo y la Represión, realizado entre los días 9 y 10 de abril en la comunidad Santo Antonio las Palmas, en el municipio de Choapam, convocado por el CNI de la región del Papaloapan, en coordinación con las autoridades agrarias y municipales de la región.

En la Chinantla está la tercera mayor selva tropical de México, es la mejor conservada y una de las mas ricas en biodiversidad, por eso es considerada de interés económico prioritario por el gobierno mexicano. “Conocemos nuestras tierras y la riqueza que ella alberga. Este fue un encuentro de trabajo para sentar las bases para la defensa de nuestro territorio”, sostiene el indígena chinanteco Juan Roque Pérez, integrante del CNI en la Cuenca Papaloapam.

De acuerdo con el indígena, hay un compromiso de las nuevas generaciones del pueblo chinanteco. “Tenemos el encargo de nuestros abuelos de cuidar y defender nuestro territorio. Sabemos que solos y aislados no podemos avanzar en la defensa de la vida”, dice. “Estamos avanzando y construyendo porque lo que viene, viene para destruir lo que tenemos”.

Lo que viene

Pérez advierte que existe poca información pública sobre los megaproyectos planeados para la región. “El gobierno no nos informa, al contrario, es su estrategia ocultar sus planes. Solamente nos damos cuenta de sus intenciones cuando gente de las empresas o del propio gobierno ya está en nuestro territorio”, afirma él.

Lo que es cierto es que hay planeado un conjunto de proyectos, una mezcla de presas hidreletricas, explotación minera, de hidrocarburos, proyectos de conservación y de infraestructura. “Solamente para el Río Cajonos son seis presas hidroeléctrica. Para el Río La Lana, son 9 proyectos. Sumando a estas presas hidreletricas están los proyectos de minería en toda la Chinantla”, dice. “Sabemos también que la Chinantla es propicia para la explotación de hidrocarburo y sabemos que ya existen empresas en el territorio Chinanteco estudiando estos recursos, incluso algunas autoridades ya firmaron contratos con empresas”.

Una autopista carretera también está proyectada. “Sabemos que se arranca en 2020, afectando por lo menos 20 comunidades en la Chinantla. Esta proyectada para pasar donde van a estar las presas hidreletricas y donde esta el territorio de explotación minera”, dice. “De acuerdo con Alejandro Murat (gobernador del estado de Oaxaca), así como el Istmo de Tehuantepec es una prioridad del gobierno, la cuenca del Río Papaloapan también lo es. Y estamos viendo todo lo que está pasando por allá. Mas que ayudar a traer el llamado desarrollo a las comunidades, los proyectos están dividiendo y despojando a la gente”.

Calentamiento global

Los proyectos de conservación están por toda el territorio chinanteco. “Donde hay reservas hay despojo, va a la par. En estos lugares existen recursos que a las grandes empresas transnacionales les interesa, que ni siquiera los pueblos saben. Es una política para ir expropiando las áreas verdes que aún conservan los pueblos. Y utilizan como símbolo político para entrar en las comunidades el calentamiento global”, dice Pérez.

A la fuerza

La comunidad San Vicente Jabalí ya tubo su experiencia con empresas mineras. En el año de 2008 llegó una empresa canadiense en el pueblo buscando muestreo de suelo. “Anduvieron trabajando un mes en el territorio y en este tiempo el pueblo sí acepto que se hiciera eso. No teníamos informaciones sobre lo que de hecho estaban haciendo”, cuenta Rogelio Cruz, ejidatario y agente de policía municipal de la comunidad San Vicente Arroyo Jabalí. “Ellos hicieron estudios en todo nuestro territorio, en nuestros arroyos, bosques, se llevaron muestras de tierra y nunca nos dijeron lo que encontraron. Nunca nos presentaron los estudios”.

En un segundo momento, hubo una nueva reunión entre empresa y el pueblo y la posición de la comunidad fue otra. “Nos dijeron que querían permiso para explotar, hacer una excavación donde iban explorar 100 metros bajo tierra. Ya traían documento para que el pueblo firmara el compromiso de que permitía que la empresa explotara los minerales que encontraron. Nosotros levantamos un acta donde el pueblo se negó a aceptar la mina. Venían seguido a convencernos, incluso con dinero, pero no pudieron”, dice Cruz.

La mina estaba proyectada para ser construida a 2 km del centro del pueblo. “Sabemos que ellos todavía no desistieron. Sabemos que la empresa quiere meterse a la fuerza en nuestro territorio. Por eso tenemos que juntarnos a las comunidades vecinas y así poder agarrar fuerza”, dice el agente de policía.

También la comunidad se rehusó aceptar el proyecto de conservación en su territorio. “Supimos de los problemas en otras comunidades y ya no aceptamos. El cerro que tenemos aquí nosotros mismos estamos conservando como pueblo. Sabemos que la conservación es a penas una excusa para robarnos los recursos que por siglos nuestros ancestros cuidaron”, señala el agente.

Que no se olvide

El profesor bilingüe jubilado de la primaria, Mario Roque Isidro, tiene en la memoria la historia de despojo de los indígenas de Jocotepec, donde trabajó por 34 años. “La gente de afuera, de España, de apellido Mora, Vázquez, es la que empezó el cacicazgo de esta región, y se hicieron dueños de miles y miles de hectáreas del pueblo chinanteco. Empezaron a matar los indígenas que vivían aquí. Con el tiempo fueron ubicándose hacia el cerro para no morir. Los españoles se quedaron con toda la tierra baja, de primera, que tenían los indígenas”, cuenta el profesor, que es ejidatario de la comunidad Camalotal, Tuxtepec.

Las tierras fueron pasando de mano en mano de los caciques, se acuerda Isidro, hasta llegar a las manos de la cuñada de Adolfo López Mateos, presidente de la República durante el sexenio comprendido entre 1958 y 1964. Ella se llamaba María Luisa Broquier. “Ella empezó a traer pistoleros de Tuxtepec para matar a los indígenas que querían sus tierras. Cuando empezó la represión dura contra los indígenas se instaló un regimiento militar en la Alicia con el fin de reprimir aquellos que querían quitarle las tierras a esta señora”.

Entonces los indígenas fueron formando comités en las comunidades de Alicia, San Vicente Jabalí, Santo Antonio de las Palmas. “El objetivo era pelear y hacerse comunidad, ejidos y trabajar la tierra. Así se logro garantizar la tierra para los indígenas”, señala el profesor.

Nuevo cacicazgo

Río Cajonos, donde el gobierno planea construir 6 presas hidroelétricas

Con el Programa de Certificación de Derechos Ejidales y Titulación de Solares (Procede), que ofrece la posibilidad de que los ejidatarios vendan sus tierras, está ocurriendo un nuevo proceso de concentración de tierras y consecuentemente la formación de nuevos cacicazgo, advierte el profesor.

Nos lavaron el coco de que teniendo titulada nuestra parcela, tornándonos pequeños propietarios y teniendo la facilidad de vender nuestros terrenos, somos más libres. Lo triste que pasa es que la gente está vendiendo sus tierras y no les resta otra salida sino vivir en los cinturones urbanos a mendigar o trabajar en lo que se pueda. Es una trampa. El proceso es ese. Hoy se compra la tierra de uno, mañana de otro y así se arma las condiciones para que regresen los grandes cacicazgos. Justamente en contra de eso lucharon nuestros abuelos. Esta es la libertad que nos está dando el gobierno. Cuanto menos gente con tierras mejor para transferirlas a las empresas – profesor bilingüe jubilado de la primaria, Mario Roque Isidro

Ya sabemos

Ya tenemos suficientes pruebas de que estos megaproyectos significan la muerte para nuestro pueblos. Solo basta mirar todo lo que nos causó la presa hidroeléctrica Cerro de Oro. La gente fue reubicada y eso generó una serie de enfermedades y problemas para sobrevivir. Otros que no lograron tierras y ni dinero hoy vive en el cerro y viven aislados, tienen que pasar con balsa para poder comprar comida. Está claro, los recursos no se quedan con la gente del pueblo. Y eso lo vamos a ver aquí – profesor bilingüe jubilado de la primaria, Mario Roque Isidro

Camino

El pueblo se tiene que levantar nuevamente. En el país ha habido guerras. Hubo una revolución por el cacicazgo de Porfirio Díaz. Ahora viene nueva revolución social en el país y eso se va a dar muy pronto por la misma política del gobierno federal de despojar a la gente de sus tierras. Ya ve Michoacán lo que esta pasando. Se están formando guardias comunitarias. Estoy seguro que para allá vamos, porque esta región es muy rica y la gente sí va a defender su territorio – profesor bilingüe jubilado de la primaria, Mario Roque Isidro

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