Los escombros de Ciudad Creativa (Jalisco)

Andrés Gallegos,

(Fotos: Jorge Alberto Mendoza, Alfonso Hernández y especial)
(Fotos: Jorge Alberto Mendoza, Alfonso Hernández y especial)

Los retrasos en su construcción, la opacidad en el manejo y transparencia de los recursos con los que opera, la desorganización e incomunicación entre los sectores que coordinan el proyecto, y empresas y sector público decepcionados por el escaso desarrollo del mismo son algunos de los factores que han minado la credibilidad de Ciudad Creativa Digital (CCD).

Este proyecto urbano y tecnológico, inaugurado y presentado el 30 de enero de 2012 por el entonces presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa, prometió el impulso de las industrias creativas, multimedia y electrónica del estado, además de la creación de miles de empleos y millones de dólares en inversiones. Como un reconocimiento a la ciudad, incluyó la rehabilitación urbana y social del Centro de Guadalajara.

Los planes no resultaron como se esperaba. Donde tendría que construirse un primer edificio sólo hay un espacio en el que se encharca el agua. Este primer complejo se retrasó varios meses por irregularidades en las licitaciones. Muchas de las fincas que se prometió remodelar continúan abandonadas. Pocos proyectos han sido impulsados por Ciudad Creativa y hasta la única empresa que sigue en la zona, Bosch, ha amenazado con irse, de continuar los retrasos.

Empresarios y sector público esperan que el nuevo presidente del fideicomiso, el ex director de la empresa HP Julio Acevedo, logre conjuntar voluntades para no dejar morir Ciudad Creativa. Pero la realidad es que CCD no ha cumplido, hasta el momento, con sus promesas de inversión y desarrollo.

Un proyecto que prometió atraer hasta empresas del sector de la animación digital, como Pixar o Dreamworks, o famosas desarrolladoras de videojuegos como Electronic Arts, se ha quedado en escombros y un retraso que, según ha aceptado Julio Acevedo para NTR, “ha frustrado” a los empresarios de la industria electrónica del estado.

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Así pues, se está a la expectativa de que Ciudad Creativa Digital cumpla los objetivos que se trazó en el Plan Maestro, elaborado por el despacho encabezado por el arquitecto Carlo Ratti, en conjunto con organismos como el Instituto Tecnológico de Massachusetts o Accenture, una compañía tecnológica global de outsourcing.

En este plan se habla de la creación de 33 mil nuevos empleos, en 550 empresas, para 2023. También hay promesas relacionadas con el medio ambiente: 70 por ciento menos en el gasto de energía y unas 400 mil toneladas menos de emisiones de bióxido de carbono, además de un sistema de retención de aguas pluviales de 25 hectáreas.

La página web oficial de Ciudad Creativa Digital presume, como objetivos económicos, la creación de 30 mil empleos directos, más 15 mil trabajos especializados dentro de 15 años, 550 nuevos negocios, más de 15 mil millones de dólares en inversiones y 2 mil millones de dólares de exportación.
Historia

A finales de 2011 se conoció que la ciudad de Guadalajara fue elegida para instalar Ciudad Creativa Digital, ganando la licitación contra otras sedes en estados como Nuevo León, Puebla, Baja California y Querétaro.

El proyecto contó con el apoyo del fideicomiso del gobierno federal ProMéxico, el Ayuntamiento de Guadalajara, el gobierno de Jalisco y organizaciones empresariales como la Cámara Nacional de la Industria Electrónica de Telecomunicaciones y Tecnologías de la Información (Canieti). El Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT, por sus siglas en inglés), una universidad reconocida a nivel mundial, fue anunciada como asesora del proyecto.

El lugar elegido como base para instalar el proyecto es la zona del Parque Morelos, un espacio público tradicional relevante desde la fundación misma de Guadalajara, en 1542. En principio, un lugar donde las mujeres iban a lavar ropa y sede de un Paseo de la Alameda, muy concurrido por la sociedad tapatía del siglo 19, que se convirtió en un parque público tradicional de reunión familiar destacado por la venta de nieves y raspados.

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Esta zona tradicional de Guadalajara, pero deprimida de forma económica y con denuncias por inseguridad pública y prostitución, ha atraído el interés de los grandes capitales. Antes de Ciudad Creativa Digital, el Ayuntamiento de Guadalajara pagó más de 350 millones de pesos en fincas para utilizar los terrenos del parque en la construcción de la Villa Panamericana, destinada a alojar a los atletas participantes de los Juegos Panamericanos Guadalajara 2011.

Pero el proyecto fue desechado por Organización Deportiva Panamericana (Odepa) aduciendo la inseguridad y el caos vial que se originaría al momento de celebrarse el certamen deportivo. Además, la Villa contó con la oposición activa de habitantes de la zona.

Aún con esto, se propuso que los terrenos abandonados fueran aprovechados para instalar la nueva Ciudad Creativa Digital, con el argumento de que su construcción reactivaría la zona. Sin embargo, los resultados han sido poco sobresalientes, con más terrenos baldíos que rehabilitados y sin espacios que atraigan a capitales internacionales del sector digital.

Volviendo a Ciudad Creativa Digital, durante enero de 2012 se habló de un proyecto que atraería a más de 20 mil personas vinculadas a la producción de contenidos multimedia para videojuegos, cine y televisión.

Durante esos momentos se aseguró que una de las razones de la elección de Jalisco, aparte del ecosistema tecnológico que ha sido vendido como el Silicon Valley de Latinoamérica, fue la disponibilidad de mano de obra barata. Los creativos jaliscienses ganan entre 15 mil a 20 mil pesos mensuales, cinco veces menos que lo que gana un creativo en Estados Unidos.

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El 30 de enero de 2012, con la presencia del entonces presidente de la República, Felipe Calderón Hinojosa, se inauguró oficialmente CCD. “Hay, por lo menos, 12 empresas de gran calibre a nivel mundial que están interesadas en Ciudad Creativa Digital”, declaró en su momento el mandatario mexicano.

Por su parte, quien era gobernador de Jalisco en ese año, Emilio González Márquez, fue más allá y aseguró que la Ciudad Creativa sería como “el Hollywood de las artes digitales”. Las expectativas sobre el proyecto eran tan altas que se habló de la futura presencia de compañías de animación y videojuegos líderes a nivel mundial como Pixar, DreamWorks, Disney y Electronic Arts. Además, se dijo que CCD atraería a los grandes estudios cinematográficos como Universal y MGM.

En ese momento todo era felicidad. Empresarios y funcionarios no tenían pudor en mostrar su beneplácito. Julio Acevedo, hoy director del fideicomiso de CCD y entonces director de HP, comentó a un diario local que el proyecto brindaría las condiciones para que muchachos “tengan la creatividad y puedan dar los resultados que se esperan en el mundo”.

Jesús Palomino, director del Centro de Diseño de Intel, manifestó su interés por participar en el desarrollo de CCD. Igualmente aplaudieron el entonces presidente del Council Aeroespacial de Jalisco, Luis Valtierra; Jorge Morales, director ejecutivo de Larva Games Studios, y Ricardo Gómez Quiñones, director de Kaxan Media Group, quien se instaló por unos pocos meses en el complejo del Parque Morelos.

Pero las promesas empezaron a incumplirse. El ex presidente interino del Ayuntamiento de Guadalajara Francisco Ayón declaró al día siguiente de la inauguración que las primeras obras del proyecto arrancarían en cuatro meses. Por su parte, la Asociación Mexicana de Profesionales Inmobiliarios (AMPI) manifestó que el proyecto traería mejores perspectivas para la compra-venta de inmuebles, que se estimaban a precios de 3 mil 500 a 20 mil pesos el metro cuadrado.

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Además, se hizo la estimación de que 20 mil creativos estarían trabajando en Ciudad Creativa Digital en un plazo de cinco años, es decir, para 2017. Con el nulo avance que ha habido, nada de lo estimado se llegará a cumplir.
Y empezaron los problemas…

Durante los últimos meses, el fideicomiso ha hablado del interés de 50 empresas en formar parte de Ciudad Creativa Digital. Sin embargo, la construcción del primero de tres edificios se ha retrasado más de un año y, hasta el momento, sólo una empresa mantiene operaciones en la zona, la compañía alemana de tecnología automotriz e industrial Bosch.

En 2015, la construcción del primer módulo de CCD generó polémica. En primer lugar, por su altura (cerca de 47 metros), que ponía en peligro la declaratoria del Instituto Cultural Cabañas como Patrimonio de la Humanidad, distinción que ostenta desde 1997.

De acuerdo con una investigación de Jorge Covarrubias, de la revista Proceso, el Plan Parcial de Urbanización de la Zona Aledaña al Antiguo Hospicio Cabañas, aprobado por el gobierno estatal y publicado en el Diario Oficial de la Federación el 5 de diciembre de 1998, protegía al Cabañas y buscaba rehabilitar el Centro Histórico.

Además, un Acuerdo sobre Alturas, Usos y Niveles de Intensidad para los Planes de Desarrollo Urbano de Guadalajara, firmado el 28 de junio de 2012 por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), el gobierno de Jalisco y el Ayuntamiento de Guadalajara, estableció que los predios destinados a CCD deberían tener un altura máxima permitida de 27 metros.

Éste es apenas el primero de los problemas.

El 19 de junio de 2015, la Secretaría de Infraestructura y Obra Pública (SIOP) eligió a Grupo Casgo como el encargado de levantar las primeras obras del complejo, pero la licitación no se hizo efectiva, según la versión oficial, porque esta constructora nunca se presentó a firmar el contrato.

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El proyecto presentado por Casgo tenía un valor de 280 millones de pesos y consistía en levantar un edificio de nueve niveles con un estacionamiento de cuatro plantas con capacidad para 900 vehículos.

En esta licitación hubo otras dos participantes, Constructora Ral de Occidente en asociación con Trivelca Construcciones, con un proyecto de 290.8 millones de pesos, y M3 Creación, junto a Arejal Construcción y Equipos Industriales, y JM Constructora y Supervisión, con un edificio de 295 millones de pesos.

“Las obras deben llevarse a cabo en 364 días a partir de la fecha de arranque, aunque ésta aún no se precisa”, consignó NTR en su momento, cuando se anunció el resultado de la licitación. En esos momentos, el entonces presidente del fideicomiso, Mauricio Navarro Gárate, dijo que gestionarían recursos en la Federación por valor de mil 300 millones de pesos, para 2016 y 2017.

Ante la ausencia de Grupo Casgo se tuvo que hacer un nuevo concurso, cuyo fallo favoreció a Breysa Constructora. Sin embargo, el costo del edificio aumentó de precio, a 299.6 millones de pesos, lo cual se atribuyó principalmente al encarecimiento del dólar y a la necesidad de invertir 6.1 millones de pesos para la remodelación y protección de la Casa Baeza.

Una nota del periódico Mural señaló el 21 de abril de 2016 que la licitación de mediados de 2015 omitió un sistema de anclaje de cimentación, el resguardo de Casa Baeza y estudios técnicos. Según la investigación, había omisiones, inconsistencias técnicas e irregularidades administrativas. Inclusive no se solicitaron elevadores pese a ser un edificio de nueve niveles. Además, consignó que el costo del primer edificio podría aumentar a los 450 millones de pesos.

El 21 de enero de 2014 se anunció una inversión de 40 millones de pesos para un centro de supercómputo o centro de datos, que sería el núcleo operativo de Ciudad Creativa Digital. La mitad de recursos los otorgó el Consejo Estatal de Ciencia y Tecnología (Coecytjal), la otra, el gobierno del estado. Sin embargo, no se sabe si está operando este centro de datos, y según algunos medios, es inexistente.

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Más adelante, en ese mismo año, se anunció la creación de un Fondo de Capital de Riesgo CCD Ventures, un fondo de apoyo a diversos proyectos tecnológicos. El dinero para este nuevo órgano constaba de 96 millones de pesos, 20 millones donados por el Fideicomiso Maestro de Ciudad Creativa Digital, 46 de capital privado de origen desconocido (ya que nunca se dieron a conocer los nombres de las empresas inversoras) y 30 del Instituto Nacional del Emprendedor (Inadem), dinero que terminaría por no utilizarse.

A comienzos de abril de este año, el fideicomiso de CCD anunció la devolución de los 30 millones de pesos al Inadem, bajo el argumento de que no había buenos proyectos que merecieran la inversión. Ésa fue la versión oficial del presidente Mauricio Navarro y del gobernador de Jalisco, Jorge Aristóteles Sandoval Díaz, quien dijo en su momento: “Debemos mejorar nuestras ideas, eliminar requisitos conservadores y ser arriesgados en apostarle a las iniciativas y a los proyectos”.

Sin embargo, esa devolución del dinero provocó reacciones en contra, como la de Gabriel Torres Espinoza, director de la Asociación Jalisciense de Industrias Creativas (AJIC), quien señaló que ese recurso no se utilizó por ineficiencia y burocracia, y pidió cambios en el Fideicomiso de Ciudad Creativa Digital.

Además, desde 2014 se ha denunciado que los recursos del Fondo de Capital de Riesgo CCD Ventures se estaban dando de manera discrecional y, adicionalmente, el Fideicomiso de CCD no ayudó mucho al mantener resguardados los componentes y las empresas participantes de este fondo. No se tenían reglas de operación establecidas ni publicadas ni se lanzó convocatoria pública para interesados en participar, de acuerdo con un reportaje de Reporte Índigo.

Se consignó la inversión del Fondo Ventures, por 37 millones de pesos en cuatro empresas: Colibrí, dedicada a la impresión 3D; ETTO, especializada en software para Internet de las Cosas; Plantica, una empresa de innovación en espacios urbanos sin mucha relación con las industrias digitales y creativas; y Espiral, aplicación para desarrollar pagos bancarios a través de dispositivos móviles.

Los primeros beneficiados con ese dinero serían empresas de la industria audiovisual. En su momento, Ricardo Gómez Quiñones, entonces presidente del Consejo Coordinador de la Industria Cinematográfica y Audiovisual (CCICA), señaló que ellos tenían parte del fondo de CCD, y Fernando Lebrija, vicepresidente del organismo y cineasta, que el consejo asesoraba a la CCD para crear contenidos.

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De hecho, Kaxan Media Group se vinculó a Ciudad Creativa Digital por esas fechas; sin embargo, el 27 de agosto de 2014 se retiró de la zona y se estableció en su actual sede, el edificio México, Innovación y Desarrollo (Mind).

Otra empresa que se retiró por falta de apoyos e incentivos prometidos del gobierno de Jalisco, vía Ciudad Creativa Digital, para la industria de la animación, fue Huevo Cartoon. La compañía tenía su sede en Guadalajara, pero se mudó a la Ciudad de México en diciembre de 2014.

Otro reportaje de Reporte Índigo, firmado por el reportero Luis Herrera, del 18 de agosto de 2015, consignó que el fideicomiso de Ciudad Creativa Digital evadió controles para reducir el gasto público y revelaba dispendios del proyecto.

En 2015, CCD contó con un presupuesto de 34 millones 761 mil 160 pesos y gastó en nómina 10 millones 582 mil 683 pesos para 20 puestos de la plantilla CCD. También se dedicaron 24 millones de pesos a gastos por servicios generales, 16 millones más que en 2014.

Además, hubo gastos elevados en viajes. Por ejemplo, un viaje a París, del 7 al 12 de octubre de 2013, tuvo un costo de 67 mil 543 pesos, que se cargó al erario de Jalisco, no al fideicomiso. En contraparte, apenas se invirtieron 193 pesos con 25 centavos en materiales y suministros para CCD en todo 2014.

Las promesas de inversión e interés de las empresas han variado a lo largo del tiempo, pero aún no se concretan. Aunque se habló de Pixar o Dreamworks como posibles inquilinos en 2012, se ha llegado a un total hermetismo en los nombres de empresas interesadas justificado por “asuntos de confidencialidad”.

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Una nota publicada por NTR consignaba información procedente del fideicomiso de Ciudad Creativa Digital, donde se hablaban de avances en “la construcción de un laboratorio urbano destinado a emprendedores e investigadores que quieran desarrollar nueva infraestructura con tecnología; el arrendamiento de espacios por empresas tecnológicas, como Bosch, en el edificio del Hub Digital; un listado de 50 empresas dispuestas a invertir en el sitio, y el proyecto Smart City, con utilidades sociales importantes”.

A comienzos de 2015 se señaló que CCD recibiría a tres empresas de aplicaciones móviles, desarrollo de software y soluciones de red, según el entonces presidente de la AC, Francisco González, y las ubicarían en alguna de las 650 fincas de la zona del Parque Morelos.

Se habló, además, del interés de 50 empresas por instalarse en CCD, la mayoría provenientes de Estados Unidos, y que otras 100 “analizan el proyecto”.

Jaime Reyes Robles, titular de la Secretaría de Innovación, Ciencia y Tecnología (SICYT), habló el 28 de enero de 2016 sobre la llegada de 27 empresas generadoras de contenidos digitales para darle empleo a 500 profesionistas este año en CCD.

La realidad es otra y sólo muestra la presencia de una empresa, Bosch, la cual instaló su Centro de Desarrollo el 24 de abril de 2014, con una inversión de 1.1 millones de dólares y espacios de empleo para 200 jaliscienses. Se instaló en un edificio cercano al Parque Morelos, ubicado en la calzada Independencia y la calle Industria.

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Ante la demora de Ciudad Creativa, la compañía alemana hizo llegar un correo al fideicomiso, del cual un medio local sacó copia, en el que pedía avances del proyecto, bajo la amenaza de un posible cese de inversiones en el Centro de Desarrollo de Guadalajara. A principios de junio, Mauricio Navarro Gárate, en sus últimos días como presidente del fideicomiso, dijo que esto era una mentira y se apresuró a declarar que Bosch no sólo no se iba, sino que contribuiría en la expansión de CCD.
Opinión de la AJIC

La Asociación Jalisciense de Industrias Creativas (AJIC) señaló que la CCD es un proyecto que ha tenido muchos tropiezos “por una mala gestión que ha habido en el proyecto, y de una dualidad de funciones entre lo que es Ciudad Creativa Digital Asociación Civil y la presidencia del fideicomiso, que hasta hace poco apuntaban a direcciones opuestas”.

Esta relación “accidentada”, cuenta Gabriel Torres para NTR, retrasó y “entrampó” el proyecto en muchas aristas, desde la construcción del primer complejo a la atracción de inversiones. “Ciudad Creativa no ha detonado la creatividad en Guadalajara; sí hay experiencias y propuestas creativas, pero no tienen nada que ver con el proyecto; éste más bien entorpeció el desarrollo de varias empresas”, comentó el funcionario de la Universidad de Guadalajara (UdeG).

Torres Espinoza consideró que CCD tuvo una visión demasiado enfocada a lo inmobiliario, en vez de preocuparse por desarrollar la creatividad y cultura digital. “Se entramparon en temas de construcción, de licitaciones con muchos errores, dudas. La transparencia se ausentó, fue una característica muy notoria. Además, hubo una falta de interlocución con las empresas digitales y creativas de Jalisco”.

Esto generó, contó Gabriel Torres, un divorcio total y distanciamiento que llegó a percibirse como conflicto. “Lejos de ser el fideicomiso un activo que ayudara a generar condiciones para que el talento y la creatividad se expresaran y consolidaran en la ciudad, se convirtió en un obstáculo”.

Recalcó que el fideicomiso sólo se encarga de conseguir recursos para Ciudad Creativa, pero la asociación civil, que reúne organismos civiles, educativos y de gobierno, es la que decide adónde se dirigirán las inversiones, algo que, en su opinión, no se respetó con el anterior presidente del fideicomiso, Mauricio Navarro Gárate, de quien, dice, “no tenía ni conocimiento ni experiencia acreditada para gestionar un proyecto de esta envergadura”.

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“Hoy Ciudad Creativa Digital es un pozo en el Parque Morelos lleno de agua, un proyecto inconcluso y lleno de dudas e incertidumbres. El mayor daño que puede sufrir un proyecto como CCD es que se genere una percepción de que hay un fracaso allí”, comentó.

“Debemos recuperar la credibilidad, ya no te digo de las empresas, sino de los medios de comunicación y el sector público, Hay que recomponer la relación con el Inadem, después de haberle devuelto 30 millones de pesos. Y repensar el modelo de CCD. No tiene que ser sólo dentro de un espacio físico único y determinado, sino usar otras zonas como la quincuagésima Zona Militar”, manifestó Gabriel Torres.

El académico señaló que Julio Acevedo, nuevo presidente del fideicomiso de CCD, tiene dos años y medio para dar muestras de recuperación en un proyecto que perdió credibilidad y enfrenta un retraso “difícil de recuperar”.

“Lo que ya no se encaminó, no creo que apretando el paso lo vayamos a recuperar, ya hay un retraso importante. Lo que esperamos es que ya no ocurra ningún retraso y todo camine al paso correcto”, finalizó.
Recuperar credibilidad

Luego de más de 20 años en HP, empresa de la cual fue director general, Julio Acevedo se tomó unos meses sabáticos. Cuenta que tomó la decisión de retirarse de dirigir la empresa para disfrutar más de su familia, especialmente de sus nietos, y ejercer su talento en otros temas, como capacitar a las pequeñas y medianas empresas en responsabilidad social. Básicamente, Acevedo quería descansar un tiempo para posteriormente regresar a la sociedad el aprendizaje obtenido en HP.

Gracias a la petición de compañeros y amigos empresarios como César Castro, presidente de Canieti Occidente, José Medina Mora, presidente del Centro Empresarial Jalisco, conocidos de la industria electrónica y una invitación personal del gobernador Aristóteles Sandoval, Acevedo decidió tomar la responsabilidad de presidir el fideicomiso de Ciudad Creativa Digital, proyecto del cual se está empapando y, dice, le llena de ilusión.

“Asumo la responsabilidad del rearranque, que se alineen todos las voluntades para que CCD sea toda una realidad. Guadalajara, Jalisco y México se merecen este gran proyecto, y estoy seguro de que el MIT no se equivocó en la elección de la localidad”, comentó Acevedo para NTR.

Pronto, en dos o tres semanas, Acevedo presentará su propio plan de trabajo para impulsar Ciudad Creativa, la cual espera compaginarse con el Plan Maestro del proyecto, formalizado en noviembre de 2012.

“Hay que alinear voluntades, una agenda única para todo el mundo, asegurarme que todos los actores federales, estatales, municipales, universidades e iniciativa privada estemos en el mismo canal. Es una gran oportunidad que no podemos desperdiciar”, dijo Acevedo, cuyo primer diagnóstico coincide con el de Gabriel Torres: “No había mucha comunicación, cada quien jalaba por su lado”.

Su principal reto para este año será “asegurar que el edificio se haga bien y a tiempo, que tenga los inquilinos de primer nivel para que esto empiece a permear, y delimitar con el MIT los espacios comerciales y habitacionales”.

Acevedo espera que el primer complejo, retrasado por más de un año y afectado por las lluvias, al fin se termine para 2017, junto a un estacionamiento con 900 cajones.

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El presidente del fideicomiso fue cauto y no habló de futuras y posibles empresas que se añadirían a Ciudad Creativa. “No queremos presumirles ni nada, porque queremos que esto sea un hecho. Tenemos un problema de credibilidad por todo lo que pasó en estos tres años, y queremos ya con hechos invitar a las empresas para que tengan ganas de volver a platicar con nosotros”, declaró.

El ex director de la planta de HP en Guadalajara aceptó que él y sus empresarios veían el retraso de CCD “con mucha frustración” y con preocupación. Veían desde afuera que Ciudad Creativa caminaba lenta y, por eso, necesitan imperiosamente reactivarla.

El ingeniero espera aplicar su experiencia en HP, trasladarla a CCD e impulsarla con valores como la honestidad, crear un ambiente agradable, escuchar y recibir retroalimentación, dar seguimiento a los temas de CCD y trabajar desde una oficina cercana al proyecto, para sensibilizarse con las necesidades de la gente del Parque Morelos.

Mientras eso sucede, de la inauguración hecha el 30 de enero de 2012 a la fecha han transcurrido más de cuatro años. Y contando.
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