Contaminación por excremento de cerdos, igual a la que generan habitantes de Ciudad Caucel (Yucatán)

Rubén Darío Hau /Fotos Martín Zetina / PorEsto!

“Es una falsa idea decir que en Yucatán hay mucha agua y de buena calidad como atractivo para atraer empresas”, expuso el especialista de la UNAM ante la contaminación de granjas porcícolas

Yucatán ocupa el tercer lugar en producción de carne de cerdo que se exporta a Japón, China y Europa, pero todo el excremento se queda en la entidad, generando grave contaminación al manto acuífero, cuyo daño equivale al doble de los desechos orgánicos que se obtiene de los más de 20 mil habitantes de Ciudad Caucel en Mérida.

De acuerdo con el doctor Francisco Bautista, del Centro de Investigadores en Geografía Ambiental de la Universidad Autónoma de México (UNAM), una mega granja de Kekén con 50 mil cerdos contamina el doble de lo que harían los 25 mil habitantes de Tekax. Sin embargo, esta idea queda corta porque el problema es mucho mayor que eso, ya que los animales que se crían en la entidad representan el doble de la población total de Yucatán, es decir, alrededor de 4 millones de cerdos.

Francisco Bautista, quien también es miembro del Sistema Nacional de Investigadores nivel 2 y de la Academia Mexicana de Ciencias, afirmó que todavía no se ha inventado un sistema de tratamiento de aguas residuales capaz de limpiar al 100 por ciento la orina y las heces fecales de los cerdos, a pesar de que la empresa utiliza esquemas para procesar las excretas.

Las granjas, agregó, usan al día un millón y medio de litros de agua para limpiar los pisos, barriendo con ello orina, heces fecales, hormonas y todos los químicos que se emplean en las fórmulas de los alimentos. Todo va hacia el subsuelo de alguna manera, dañando permanentemente el delgado espejo de agua que tenemos.

Esta materia orgánica de los cerdos se desecha finalmente en procesos de aspersión que absorbe el suelo y también se esparce al aire causando contaminación ambiental y malos olores. Es más, el suelo yucateco no es bueno para recibir aguas residuales porque tiene una capa delgada de tierra de 20 centímetros aproximadamente, a diferencia del suelo de otras partes del país, como Michoacán, que es de dos metros.

Desde el punto de vista del investigador, empresas como Kekén están enviando al agua un “cóctel de químicos” que contaminan gravemente el suelo y a las aguas subterráneas, y la prueba es que el Gobierno prohibió desde hace años el consumo de agua de pozo en Mérida y en todas las ciudades, por la contaminación que causa el uso de miles de fosas sépticas, por eso se recurre a la perforación de pozos profundos y al tratamiento de las aguas consumibles.

POR ESTO! ha dado a conocer el malestar de habitantes de Homún y, más recientemente, de Sitilpech, comisaría de Izamal, en donde Kekén cría cerdos y lanza al subsuelo los líquidos aparentemente procesados mediante aspersores, a través de un laberinto de tuberías. Las familias ya empiezan a sufrir los efectos en la piel, en el aire y en el agua y han iniciado procesos legales, cuyos fallos favorecen a las empresas, por tanto, tienen que recurrir a amparos para buscar justicia.

Francisco Bautista dijo que tiene conocimiento de que las autoridades federales han otorgado más de 30 mil concesiones de extracción de agua para diversas empresas, entre ellas las que crían cerdos, sin percatarse que están autorizando la contaminación permanente de las aguas de Yucatán.

Dijo que en una escala de uno a 10, el agua menos contaminada se ubica en los municipios del Centro de Yucatán, que tienen una calidad de ocho y en su alrededor va disminuyendo a seis, hasta llegar a cuatro en el Sur y en la zona costera por contener más salinidad y contaminación.

“Es una falsa idea decir que en Yucatán hay mucha agua y de buena calidad como atractivo para atraer a empresas”, dijo.

El investigador precisó que las dos únicas reservas acuíferas importantes que tiene Yucatán es Cuxtal en Mérida, y los más de 3 mil cenotes, pero con la proliferación de granjas porcinas se daña la reserva hidrológica. “Cómo podemos ser tan ciegos y no darnos cuenta de eso”, afirmó.

También es una falacia decir que las mega granjas están generando empleo, pues, la verdad, a los empleados se les paga 170 pesos diarios, que no alcanzan para comer. Además, se está abriendo todo el Estado con posibilidad de establecer granjas porcinas, según se ha detectado en el Plan de Ordenamiento Ecológico de Yucatán (POETY), lo que no debería de suceder.

Propuso crear un Consejo Científico Asesor para los porcicultores, integrado por expertos que puedan trabajar para mitigar los daños y orientar hacia dónde se deben reubicar las plantas porcinas para reducir los daños al medio ambiente y a la salud de la población. Lo ideal, dijo, es que se establezcan en el Sur de Yucatán, donde el agua es más salina, pues las empresas no requieren agua de calidad.

Algunas granjas de Estados Unidos utilizan jaladores de agua que aplican en pisos bien nivelados, de modo que es poca la cantidad del líquido que se requiere y además aplican procesos de separación de contaminantes, lo que en Yucatán no sucede.

Aquí, por ejemplo, no hay procedimientos para separar los antibióticos y las hormonas antes de echarlas a las fosas de agua, pues se sabe que los microbióticos matan a los microorganismos que deberían procesar los químicos.

“Quiero pensar que las cosas pueden cambiar en Yucatán”, dijo.

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